El compositor norteamericano George Crumb (n. 1929) se conoce por sus investigaciones de timbres particulares y sus técnicas extendidas para instrumentos y voces. Aunque no se le considera un compositor de música electrónica, sus composiciones a menudo utilizan la amplificación de ciertos instrumentos. Su intervención llega al punto de pedir a los musicos que se desplacen por el escenario o que abandonen sus posiciones naturales al tocar. Naturalmente, sus exploraciones lo han llevado también a manipular la notación musical, haciendo uso de sistemas gráficos en sus partituras. Durante los años 70, escribe su Makrokosmos, título inspirado por el clásico Mikrokosmos del húngarlo Béla Bartók, uno de los compositores favoritos de Crumb. Consiste de cuatro libros: los primeros dos escritos para piano, el tercero para dos pianos y percusión, y el cuarto para piano a cuatro manos.
En el volumen I, para piano amplificado, Crumb indica que el pianista por momentos debe cantar, gemir, gritar, y susurrar, además de tocar su instrumento en una manera no convencional. Es aquí donde se pueden apreciar algunos de los ejemplos más claros del sistema de notación gráfica que a menudo empleaba Crumb.
“Crucifuxus”, Makrokosmos I
“Spiral Galaxy”, Makrokosmos I
“Agnus Dei”, Makrokosmos II
“Twin Suns”, Makrokosmos II
Crumb alguna vez definió la música como “un sistema de proporciones al servicio del impulso espiritual.” Es quizás por eso que vemos las proporciones de su notación musical modificadas en esta manera visual. De cualquier manera, su forma de entender la interpretación musical va mucho más allá de lo que escuchamos, y pasa al ámbito de lo que vemos, sentimos, y pensamos.
No comments:
Post a Comment